Las piedras de cantos rodados que encontramos en los ríos o playas son auténticos tesoros para quien sabe mirarlas. La fuerza de erosión crea en ellas formas realmente interesantes. Además, los colores pueden ser muy diferentes dependiendo del material. Seguro que muchos de vosotros os habéis entretenido en ir recolectando estas preciosas piedras para posteriormente hacer algún centro en casa o colocarlas en alguna estantería. Pues bien, estas piedras también pueden ser talladas, con mucho esmero y cuidado.
Para esta manualidad necesitaremos herramientas especiales, pues lo cierto es que la piedra es dura y no todo puede servir para tallarla. Si contamos con alguna herramienta del tipo Dremel tendremos mucho camino adelantado. Es importante encontrar el cabezal ideal, para ello, si no tenemos claro cuál usar, podemos acudir a cualquier ferretería. Allí nos indicarán cuál es el indicado.
Son superficies irregulares y resbaladizas, por lo que la seguridad es siempre importante. Por este motivo, pondremos la piedra sobre una superficie firme cubierta por un trapo o tela, de esta forma la piedra quedará más sujeta.
Lo primero que haremos será dibujar en la piedra aquello que queramos grabar. Luego, antes de ponernos a trabajar, mojaremos su superficie. La misma deberá estar húmeda durante todo el proceso.
Tener en cuenta que no es un trabajo rápido. Tendremos que estar un buen rato bordeando la figura dibujada. Además, es recomendable ir parando para mojar la piedra y dejar así que descanse nuestra Dremel.
Una vez terminemos cambiaremos el cabezal y usaremos uno para pulir toda la piedra. Podemos usar un barniz especial, como el que se usa para muebles. De esta forma conseguiremos que nuestra piedra brille más.
Además, si la pieza nos gusta especialmente, siempre podemos taladrar un agujero de lado a lado para pasar un cordel y hacernos un bonito collar.
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