Aunque Picasso tuvo una larga y variada vida artística, sin duda su etapa más interesante fué la cubista. Para que los peques entiendan de que se trata esto del cubismo, podemos empezar explicándoles que a diferencia de los cuadros tradicionales en donde encontramos tres dimensiones: alto, ancho y profundidad, en los cuadros cubistas la tercera dimensión desaparece. Todos los objetos aparecen en un mismo plano. El cuadro cubista descompone la figura ofreciéndonos distintos puntos de vista a la vez.
Imagen: The artsy farts and art room
Basándonos en esta explicación le pediremos a los peques que dibujen partes de la cara: ojos, nariz, boca y orejas en diferentes posiciones, o sea desde diferentes puntos de vista: de frente, de perfil…
Luego, tendrán que dibujar la silueta de una cabeza, e ir pegando sobre ella las diferentes partes del rostro. Para terminar pintaremos los retratos cubistas. Os aseguro que los peques os sorprenderán con ¡verdaderas obras maestras!
Imagen: Le dada de l’enfant terrible
Para niños más pequeños podemos recortar las partes del rostro de fotografías de revistas, y luego dejar que ellos formen las caras a su gusto
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